La misión

El pasado 6 de marzo tuvo lugar el primer cruce del Estrecho de Gibraltar por vehículos no tripulados remotamente controlados. Se trataba de dos veleros robotizados “Saildrone“, en lo que quizás fuera la etapa más complicada de su misión ATL2MED. Los “Saildrone” tienen la forma de una tabla de windsurf de 7 metros de eslora, que se impulsa eólicamente a través de una vela rígida y que porta sensores oceanográficos y meteorológicos alimentados con energía solar (https://www.saildrone.com/technology).

Vehículo no tripulado remotamente controlado “Saildrone” en su paso por el Estrecho.

La misión ATL2MED es una iniciativa coordinada, en la que además de los “Saildrone” participan diferentes instituciones oceanográficas europeas, y que como objetivo presenta la toma de medidas de CO₂ marino mediante un nuevo sensor desarrollado por la NASA a lo largo de un trayecto entre Cabo Verde y Trieste (3200 millas) y su intercalibración con los registros de CO₂ correspondientes a fondeos de España, Francia e Italia integrados en  ICOS (Integrated Carbon Observation System) (más información en https://www.saildrone.com/mission/atl2med).

UCADIZ

PLOCAN, como institución responsable del tránsito de los “Saildrones” en las aguas atlánticas españolas, contactó con el Instituto Hidrográfico de la Marina, SASEMAR y la Universidad de Cádiz (UCA) para organizar el paso del Estrecho de Gibraltar, enormemente complejo debido a las fuertes corrientes, eventos de viento intenso y la alta densidad de tráfico marítimo. Aquí se demostró el valor fundamental del Buque Oceanográfico Universitario UCADIZ, como el único disponible con capacidad tecnológica suficiente para escoltar a los “Saildrones” en este desafío. La relación entre PLOCAN y el Observatorio Costero MedioAmbiental del SurOeste (OCASO) iniciativa transfronteriza coordinada por el grupo de Oceanografía Física de la UCA (RNM-205) y la buena disposición de los Servicios Centrales de Recursos e Infraestructuras Náuticas (SCRIN) de la UCA allanaron el camino para esta necesaria actividad de cooperación.

El paso

Tras varios retrasos originados por vientos desfavorables y percances en la singladura de los “Saildrones“, el paso del Estrecho se programó para el día 6 de marzo. El día anterior el UCADIZ se desplazó desde su base en Puntales hasta el puerto de Barbate, con el objeto de llegar puntualmente al lugar de encuentro a las 8:00 (GMT+1) de la mañana, en un punto situado un par de millas al oeste del Bajo de Camarinal. Se trataba de aprovechar la luz del día para realizar el paso del Estrecho. Sin embargo los pronósticos de la corriente en el Umbral de Camarinal no eran favorables, tal y como se desprendía de las predicciones de los modelos numéricos de OCASO (https://ocaso.puertos.es): a pesar del viento de poniente que favorecía la travesía, la marea tenía la última palabra. Camarinal es conocido por ser el único lugar del Estrecho donde la marea tiene intensidad suficiente como para revertir del flujo entrante de agua atlántica. Esto ocurre simultáneamente con un pronunciado ascenso de la superficie de separación entre las aguas atlánticas (entrantes) y mediterráneas (salientes) originando una onda interna que se queda “arrestada” en el bajo y que se caracteriza por intensos movimientos verticales que en la superficie se manifiestan como una banda de agitación que los marinos y navegantes conocen como “hervideros”. Cuando la marea saliente se debilita, esta onda interna se libera y se propaga hacia el Mediterráneo, restableciéndose el flujo dominante de entrada. Efectivamente, los “Saildrones” quedaron atrapados en los hervideros del bajo de Camarinal hasta las 12:30. A partir de ahí, impulsados por una corriente favorable de hasta 4 nudos y por el viento de poniente fueron capaces de navegar alcanzando velocidades de hasta 8 nudos por la zona de navegación costera española, escoltados por el UCADIZ, evitando la congestión del dispositivo de navegación y recuperando gran parte del retraso acumulado.

Uno de los “Saildrones” en su paso por el Umbral de Camarinal.

El segundo  momento crítico del paso del estrecho fue el cruce de la Bahía de Algeciras, donde aumenta la densidad del tráfico marítimo y gran parte de los buques, entrando o saliendo de los puertos de Algeciras y Gibraltar, llevaban un curso de intersección con los Saildrones, cuya maniobrabilidad es limitada en virtud de su propulsión por viento.

Imágenes que muestran el peligro que corrieron los “Saildrones” debido al tráfico marítimo en el  cruce de la Bahía de Algeciras.

La coordinación entre los pilotos remotos (en algún lugar de California) y el puente del UCADIZ, que contactó por radio con varios navíos para solicitarles cambio de rumbo, fue fundamental para lograr que los “Saildrones” entraran sanos y salvos en la tranquilidad relativa del Mar de Alborán. Eran ya las 6 de la tarde cuando el UCADIZ se despidió de los “Saildrones” y enfiló Algeciras para disfrutar de un merecido descanso.

Imágenes tomadas del equipo que hizo posible que la misión fuera todo un éxito.